Los sin nombre, los desplazados

¿A quién dirigimos esta blog? A los indocumentados, los sin papeles, los sin hogar, los expulsados, los sin nombre, los últimos de la lista. A las 4.8 millones defamilias sin tierra, esperando en fila, una fila que ya ha durado más 2000 años. Mientraslas corporaciones multinacionales traspasan las fronteras, no sólo en calidad de héroessalvadores de las economías pobres, sino con el título de contribuidores poderosos,regulan los salarios y las condiciones de vivienda de los trabajadores/as pobres,expulsándolos/as de sus pueblos y obligándolos/as a buscar nuevas tierras, a traspasar lasfronteras, Buscando el pan de cada día. Dejan atrás a sus familias.

¿Qué hicieron mal?, ¿Qué hemos hecho mal como sociedad? Pareciera que una manomarca nuestro destino, el destino de millones de personas, condenados a vivir acontra corriente, con o sin documentos, rompiendo normas que no conocemos. Si lasconocemos, no las comprendemos y nuestras acciones parecen ser erróneas y no sabemospor qué. Inclusive llegamos a creer que ha sido nuestra culpa, o que este sufrimientoes necesario para acceder a una vida plena. (Cuándo los requisitos para una vida plenano debieran ser complejos) El simplemente ser Humano y por ende tener derecho ala educación, el trabajo, la salud, el agua potable, la alimentación y la felicidad, noimportando raza, genero, condición social o estatus migratorio, el ser Humano debe sersuficiente razón para poder acceder a una vida plena. La pregunta se alza imponente:¿quién tiene la obligación a proporcionar estos derechos?

Los sin nombre, los desplazados—pero también, los constructores/as, los edificadores/as los/as que trabajan fuerte, los/as que en el afán de sobrevivir construyen puentes ycarreteras y levantan cosechas. A los/as que levantan un grito que dice “¡Ya basta! ¡Quese nos reconozcan!” A ellos/as están dedicadas estas páginas.